martes, 31 de julio de 2012

Una jirafa para el rey de Francia

La historia de Zarafa ha inspirado este año una película de dibujos animados y una exposición en el Museo de Historia Natural  de París.

Figura 1.
En los últimos meses se ha hablado mucho de la afición de un famoso monarca por la caza de elefantes africanos. Menos conocida en nuestros días es la historia de la jirafa enviada por el pachá de Egipto al rey de Francia (igualmente borbón, el último coronado como rey de Francia -y de Navarra-), ocurrida hace casi dos siglos, y que tuvo en aquella época una notable repercusión.

El periodista francés Gabriel Dardaud dio a conocer esta historia a mediados de los años 1980. Además de una exposición organizada en el Museo de la Isla de Francia en el parque de Sceaux, cerca de París, Dardaud publicó en 1985 un libro sobre Zarafa, la primera jirafa viva que llegó a Francia. En 2012, una película de dibujos animados y una exposición en el Museo Nacional de Historia Natural de París tienen como protagonista a Zarafa. 

La palabra jirafa (girafe en francés, giraffe en inglés) viene del árabe zarafa, que según algunos filólogos tendría un origen egipcio. La jirafa (Giraffa camelopardalis) sirvió de modelo a los artistas rupestres del Paleolítico en África, como lo demuestran los grabados y pinturas del arte sahariano. La iconografía funeraria de la civilización egipcia también ofrece ejemplos de jirafas en forma de bajorelieves o pinturas. En época romana, se capturaron algunos ejemplares para nutrir el circo de la capital del imperio. A finales del siglo XV, se expuso una jirafa en la Florencia de los Medicis. No obstante, no fue hasta el siglo XVI que un naturalista observó una jirafa viva y hubo que esperar hasta entrado el siglo XIX para contemplar los primeros ejemplares vivos en los zoológicos de Europa.

Figura 2
En 1826, Méhémet Ali, pachá de Egipto, buscaba el modo de mejorar sus relaciones con Francia y promover la idea de un Egipto libre de la tutela otomana. La captura de dos jóvenes jirafas en Sudán le sirvió para poner en práctica sus ambiciones políticas. Una de las jirafas, una hembra, fue enviada como regalo diplomático a Carlos X, rey de Francia, y la otra a George V, rey de Gran Bretaña. Algunas fuentes hablan de una tercera jirafa que fue enviada a Viena (Imperio Austro-Húngaro) pero sucumbió prematuramente. La jirafa que llegó a Londres murió a los pocos meses y terminó siendo diseccionada por el naturalista Richard Owen, el mismo que en 1842 daría nombre a los dinosaurios.

Zarafa dejó atrás Alejandría y atravesó el Mediterráneo en la cala de un bergantín sardo, llegando al puerto de Marsella junto a dos antílopes y tres vacas lecheras para alimentarla. Tras pasar el invierno en la ciudad focense y convertirse en una celebridad local, Zarafa y su cortejo recorrieron cerca de 900 km a pie para alcanzar París. El eminente naturalista Étienne Geoffroy Saint-Hilaire, profesor de zoología en el Museo de París y veterano de la expedición de Napoleón a Egipto, acompañó a la caravana en su viaje de 6 semanas hasta la capital, con escalas en Aix-en-Provence, Avignon, Orange, Lyon y otras localidades. El 30 de junio de 1827 Zarafa fue instalada en la Ménagerie (zoológico) del Jardín de las Plantas del Museo. Unos días más tarde fue presentada al rey de Francia en el palacio de Saint-Cloud.

Figura 3.
La llegada de Zarafa al Museo de París fue saludada por un gran éxito de público: 600000 visitantes pagaron por verla en los primeros meses. Además de ser el centro del interés científico de los naturalistas del Museo, Zarafa suscitó una auténtica ola de jirafomanía. Cerámica, vajillas, abanicos, tabaqueras, vestidos, papel pintado y otros objetos portaron su efigie o el dibujo de su elegante piel, se le dedicó una obra de teatro de vodevil, se inventó un tipo de peinado para damas, etc. Esta explotación comercial lucrativa es el primer ejemplo de merchandising animal. En el terreno político, la jirafa fue utilizada como estandarte por los opositores al régimen de Carlos X. En 1830, el ocaso del interés por Zarafa sirvió a Honoré de Balzac como pretexto para anunciar la inminente revolución que iba a llevar al exilio al monarca francés. 

Pasada de moda, completamente olvidada por los parisinos, Zarafa murió sin dejar descendencia en enero de 1845, apenas unos meses más tarde que Geoffroy Saint-Hilaire. Los taxidermistas del Museo de París disecaron el cuerpo de la jirafa. Lo que pasó después con la piel y el esqueleto no está claro (los órganos y parte del cráneo se conservan en el laboratorio de anatomía comparada del Museo). Hay quien sostiene que la piel de Zarafa fue destruida en Verdun durante la primera guerra mundial. Oficialmente, la jirafa disecada del Museo de La Rochelle corresponde a la piel de Zarafa, donde habría sido llevada en la década de 1930.

Figura 4.
La historia de la jirafa del rey de Francia ha servido de inspiración a Rémi Bezançon y Jean-Christophe Lie para realizar la película Zarafa, estrenada en los cines franceses en febrero de 2012. Esta fábula animada para niños y grandes es un logro visual (en dos dimensiones) por su bello grafismo, sus soberbios paisajes y una galería de personajes interesantes. Los aficionados al cine de animación reconocerán la influencia del maestro japonés Hayao Miyazaki y de los franceses Sylvain Chomet (Les Triplettes de Belleville) y Michel Ocelot (Kirikú). Los directores de la película no buscan la realidad histórica y se permiten algunas fantasías (la más elocuente de todas es que ¡Zarafa viaja en globo hasta París!), lo que no ha sentado bien en el seno del Museo de París. Su reacción ha sido organizar una exposición titulada “La verdadera historia de Zarafa”, donde se explican en detalle y con rigor histórico todos los pormenores de esta formidable aventura. La exposición estuvo del 25 de enero al 18 de junio de 2012 en el Gabinete de Historia del Jardín de las Plantas. La afluencia de público ha llevado a los organizadores a prolongar la exposición hasta el 30 de septiembre de 2012 en la Rotonda de la Ménagerie. Por su parte, cinco meses después de su estreno en las salas, Zarafa se mantiene en cartelera, con más de un millón de espectadores en el box-office francés.

185 años después de su llegada a París, la jirafa vuelve a suscitar la atención del público francés. La película y la exposición son complementarias, por lo que algunos afortunados han tenido la ocasión de ir al cine en familia y de disfrutar ese mismo día con la visita de la exposición.

Xabier Pereda Suberbiola
(corresponsal en París de El Vinosaurio)



Ficha técnica y trailer de la película: http://www.zarafa-lefilm.com/

Suplemento: http://www.youscribe.com/catalogue/presse-et-revues/art-musique-et-cinema/cinema/zarafa-dossier-de-presse-1215410

Información sobre la exposición: http://www.mnhn.fr/museum/front/medias/activite/41111_WEB-journal-Zarafa-MNHN.pdf


Referencias

Allin M. (2000).  Zarafa. La auténtica aventura de la jirafa que viajó a París desde el corazón de Africa. Ediciones Apóstrofe, Barcelona, 272 pp. ISBN: 8445502115.

Dardaud G. (2007). Une girafe pour le roi. Eds. Elytis, Burdeos, 132 pp. ISBN: 978-2-91-465987-1.

Hartenberger J.-L. (2010). Grandeurs et décadences de la girafe. Eds. Belin, Pour la Science, París, 192 pp. ISBN: 978-2-7011-3354-6.


Figuras


Figura 1. Portada del libro de Gabriel Dardaud, reeditado por Eds. Elytis. La portada reproduce una pintura de Nicolas Huet titulada Tête de la girafe, que se conserva en las colecciones del Museo de Historia Natural de París.

Figura 2. Cartel de la exposición sobre Zarafa en el Museo de Historia Natural de París.

Figura 3. Retrato del naturalista Etienne Geoffroy Saint-Hilaire (1772-1844) en 1832.

Figura 4. Cartel de la película de dibujos animados Zarafa, de Rémi Bezançon y Jean-Christophe Lie (Pathé, Prima Linea Productions, 2012).

miércoles, 25 de julio de 2012

Cuando se juntan churras con merinas

Me acaban de mandar una noticia publicada en el periódico online Excelsior sobre un ritual maya que han hecho en el cráter del meteorito que extinguió a los dinosaurios. Adjunto una captura de pantalla.


Cuando avanzas en la noticia puedes darte cuenta de que verdaderamente lo que van a hacer es un ritual en la zona de los Cenotes (cavidades kársticas rellenas de agua salada famosas entre los submarinistas) para empezar su limpieza y rehabilitación. Pero lo que les lía verdaderamente es que el área donde se encuentran los Cenotes es Yucatán (México), lugar donde se ha encontrado los restos del cráter del meteorito (Chixchulub) que cayó hace 65 millones de años y al que en la noticia han "echado la culpa" de la formación de los Cenotes. Parece ser, que estas estructuras se han formado en el Pleiostoceno por la acción de la subida y bajada del nivel del mar en las épocas glaciares y por procesos kársticos de las rocas calizas que los componen. Nada que ver con el impacto del meteorito de la famosa extinción que acabó con los dinosaurios no avianos. 

Pero si este lío mental no es suficiente, el corresponsal del periódico (u otra mente maligna) ponen una foto de un cráter en la portada, sugiriendo que es el de Chixchulub. Lo que no dicen que la foto está sacada de internet, y es el famoso cráter de Arizona. En fín, un montón de churras y un montón de merinas.

Gracias Ome por la info.

Añadido:
Me acaban de informar (J. A. Arz Universidad de Zaragoza) de que "en realidad sí están relacionados el anillo de cenotes y el cráter. El anillo de cenotes coincide con el anillo externo del cráter según los modelos gravimétricos. La explicación es que los cenotes se formaron más facilmente en esta zona fuertemente fraturada, como resultado del proceso de ampliación del tamaño del cráter…"

lunes, 16 de julio de 2012

Dinosaurios, mujeres y Josean Rivera

Tenéis más información sobre la obra y sobre el autor, en su página web.


Dromaeosaurus

Tyrannosaurus rex


miércoles, 11 de julio de 2012

lunes, 9 de julio de 2012

martes, 3 de julio de 2012