lunes, 26 de septiembre de 2011

Un nuevo museo de paleontología

El Paléospace l’Odyssée ha abierto sus puertas en Villers-sur-Mer (Normandía)

Fig.1
Los acantilados de Villers-sur-Mer son uno de los grandes centros de interés de la costa normanda. Y lo son por varias razones, que tienen que ver con el paisaje, las ciencias naturales y el patrimonio. La reciente creación de un nuevo museo científico, el Paléospace l’Odyssée, cuyo centro de interés son los fósiles de los acantilados, supone la culminación de un proyecto basado en el patrimonio natural de Villers-sur-Mer. La ciudad goza de una larga tradición histórica en materia de paleontología, como lo demuestra el hecho de tener un ammonite en su escudo de armas.
La erosión de los acantilados costeros situados entre Villers-sur-Mer y Houlgate, debida a la acción del oleaje y al agua de lluvia, les confiere un aspecto original y pintoresco, único en toda la Baja Normandía. Su arquitectura geológica contrasta con la de los acantilados de creta de Le Havre, Étretat y Dieppe, que están situados unos kilómetros más al norte. Los acantilados de Villers se componen principalmente de margas y calizas del Jurásico medio-superior, y están coronados por un relieve formado por bancos calizos de la base del Cretácico superior. Estos estratos han proporcionado abundantes restos fósiles de invertebrados y de vertebrados. Al pie de los acantilados, se acumulan los bloques caídos y las coladas de barro. Son estos bloques los que han dado nombre a los acantilados: falaises des Vaches noires (“acantilados de las vacas negras”), por el aspecto que tienen al verlos desde el mar y por su color oscuro, debido a que están cubiertos por conchas y algas. En 1995, los acantilados fueron declarados zona natural de interés ecológico, faunístico y florístico (ZNIEFF) por el Ministerio francés de Medio ambiente.
Fig. 2
 El interés geológico y paleontológico de los acantilados de Villers-sur-Mer es conocido desde antiguo. En 1776, el abate naturalista Jacques-François Dicquemare fue el primero en describir la presencia de fósiles (que él denominó “osteolitos”). Desde el siglo XIX, esta zona ha sido el terreno de estudio de numerosos hombres de ciencia, entre los que se incluyen personajes ilustres de la paleontología francesa, como Cuvier, Geoffroy Saint-Hilaire o Eudes-Deslongchamps. Con la llegada del turismo durante la segunda mitad del siglo XIX, los acantilados costeros de Villers-sur-Mer atrajeron a muchos visitantes, suscitando el interés del público. Las guías turísticas y las tarjetas postales de esta época dan fe de la notoriedad de la ciudad. Los artistas también se sintieron atraídos por Villers y sus acantilados. Gustave Flaubert y George Sand entre los novelistas, Gustave Caillebotte y Paul Huet entre los pintores, contribuyeron a dar mayor fama a los acantilados gracias a algunas de sus obras. 

Desde finales del siglo XIX, los aficionados locales a la paleontología se entregaron con pasión a la búsqueda de fósiles en los acantilados. El fotógrafo Ferdinand Postel logró reunir una amplia colección, que fue legada a la ciudad tras su fallecimiento en 1917 y sirvió de base para la creación de la colección municipal. Tras varias exposiciones en diferentes locales de la ciudad, el museo se instaló en la Oficina de Turismo en 1978. La exposición se renovó en 2000 y poco después entró a formar parte de la lista de Museos de Francia. La creación del Paléospace en 2011 es el fruto de la voluntad del alcalde de Villers-sur-Mer, Gérard Vauclin, en colaboración con un equipo de científicos, principalmente pertenecientes al Museo Nacional de Historia Natural de París. La gestión de las colecciones paleontológicas y la puesta en valor del patrimonio natural por parte de las autoridades locales han sido claves para la creación del Paléospace. En este sentido, merece destacarse la labor realizada por la Association Paléontologique de Villers-sur-Mer (APVSM), asociación que reúne a los paleontólogos aficionados locales, y que desde 1979 viene desarrollando numerosas actividades de carácter geológico-paleontológico y cultural (conferencias, exposiciones, visita organizada de los acantilados, excursiones, divulgación científica, etc.). 
Fig. 3
Los acantilados de Villers-sur-Mer son ricos en fósiles. La mayoría de ellos corresponden a invertebrados marinos de edad Caloviense-Oxfordiense (aprox. 160-165 Ma): moluscos bivalvos (ostras, grifeas), gasterópodos y cefalópodos (ammonites, belemnites, nautiloideos), braquiópodos, equinodermos, corales, esponjas, etc. Los vertebrados marinos están principalmente representados por restos fósiles de cocodrilos (Metriorhynchus, Steneosaurus), pero también se han descubierto restos de hibodóntidos, plesiosaurios (Muraenosaurus), pliosaurios (Liopleurodon) e ictiosaurios. La presencia de fósiles de celacanto y del gigantesco pez óseo Leedsichthys son algunas de las sorpresas que deparan los acantilados de Villers. Los restos de dinosaurios corresponden todos ellos a terópodos. Entre los mismos se incluyen vértebras de Streptospondylus que fueron descubiertas en la década de 1770 y descritas más tarde por Cuvier como pertenecientes a un cocodrilo fósil.
Fig. 4

El Paléospace l’Odyssée abrió sus puertas al público en primavera de 2011. Su tema central son los acantilados de Villers y sus fósiles. Reúne todas las ventajas tecnológicas de un museo moderno y cuenta con un equipo que organiza talleres y animaciones. Las salas de exposición reúnen varios ejemplares montados de reptiles marinos, entre los que destaca Anna, un ictiosaurio del género Ophthalmosaurus. Una de sus salas está ocupada actualmente por una exposición temporal sobre huevos de dinosaurios. Adeline Aumont, encargada de conservación del patrimonio en el Paléospace (y antigua doctoranda del Museo Nacional de Historia Natural de París), espera renovar periódicamente esta sala con exposiciones temporales que ofrezcan al visitante la posibilidad de interesarse por temas paleontólogicos de diversa índole.

El Paléospace no es, sin embargo, un museo exclusivamente paleontológico. Otros dos aspectos patrimoniales que son específicos de Villers-sur-Mer tienen igualmente cabida: el pantano de Blonville-Villers, una zona natural hoy convertida en Espacio natural protegido, símbolo de la biodiversidad (el museo está construido al borde del pantano), y el meridiano de Greenwich, que fue adoptado en 1884 como referencia internacional de longitud, y que entra en el continente atravesando la ciudad de Villers-sur-Mer.

Xabier Pereda Suberbiola & Nathalie Bardet
(Corresponsales de El Vinosaurio)

Nota: Muchos de los datos comentados aquí están tomados del libro de Barbara Merle Les falaises des Vaches Noires. De Cuvier au Paléospace (PTC – Editions des Falaises, Rouen, 128 pp.), publicado en 2011.


Página web del museo: http://www.paleospace-villers.fr

Página web de la Asociación Paleontológica: http://www.fossiles-villers.com


Leyenda de las figuras

Figura 1. Escudo de armas de Villers-sur-Mer (Normandía).

Figura 2. Fotografía de los acantilados (falaises des Vaches Noires).

Figura 3. “Vue des falaises de Houlgate”, pintura al óleo de Paul Huet (1863) conservada en el Museo de Bellas Artes de Burdeos. Imagen disponible en: http://www.culture.gouv.fr/Wave/image/joconde/0044/m006504_0002175_p.jpg

Figura 4. Portada del libro de B. Merle sobre los acantilados y el patrimonio natural de Villers-sur-Mer.

3 comentarios:

  1. Muy interesante!!! Habrá que ir algún día a conocerlo en vivo

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  2. Como siempre genial el post de los corresponsales de El Vinosaurio en Francia.

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  3. Interesante y ameno reportaje dinoperiodístico; ya podrían aprender más de un periodista. Por indagar un poco en el tema, una de las cuestiones más extraordinarias que nos ofrece Villers-sur-Mer es que los restos de dinosaurios son siempre terópodos, como bien refleja Xabi.
    Yo estuve este verano y, aparte de ser un pueblo acogedor, la gente está realmente interesada en la paleontología; padres con niños iban por las "Falaises" buscando amonites, conchas y todo tipo de invertebrados, lo cual me dejó un poso de envidia...nunca veremos algo así en la tierra patria...

    Gorka

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