lunes, 31 de diciembre de 2012

viernes, 28 de diciembre de 2012

¡Los rinogrados no se han extinguido!

2012 ha sido el año de una sensacional noticia criptozoológica.

En 1998 nos hacíamos eco de la desaparición de los rinogrados, un extraño grupo de mamíferos caracterizados por presentar una nariz extraordinariamente desarrollada. Su descubrimiento en los Mares del Sur, en 1941, supuso una noticia desconcertante para muchos biólogos. En efecto, el estudio de la morfología, comportamiento y ecología de estos animalitos, endémicos de las islas Ayayay, llevó a la definición de un orden particular de mamíferos, el de los Narigudos. En 1956, una prueba atómica secreta provocó un cataclismo que destruyó por completo el archipiélago y tuvo como consecuencia la desaparición de los rinogrados y de la biota insular asociada, así como de todos los investigadores del Instituto Darwin en Mairúvili encargados de su estudio. 

Figura 1
Por suerte, el Profesor Harald Stümpke (seudónimo de Gerolf Steiner, zoólogo de la Universidad de Karlruhe) había redactado un pequeño tratado sobre los rinogrados, que fue publicado en alemán por Gustav Fischer en 1961. La versión en francés editada por Masson vio la luz en 1962 y la edición americana de Chicago University Press en 1967. En su prefacio de la edición francesa, el eminente Pierre-Paul Grassé, profesor de la Sorbona de París y editor del famoso Traité de Zoologie, consideraba que el descubrimiento de los narigudos era una de las mayores gestas en la historia de la Zoología: “El libro de Harld Stümpke no solo aporta hechos nuevos, insospechados, sino que invita al Hombre de ciencia a reflexionar sobre las causas profundas de la diversificación de los seres vivos en nuestro planeta, sobre el motor mismo de la evolución. La patabiología se muestra en todo su esplendor”.

Los rinogrados son seres de pequeño tamaño, recubiertos de pelo, que ocupan una gran diversidad de nichos ecológicos. Ya hemos dicho que se caracterizan por el gran desarrollo del nasario (u órgano nasal). Éste puede ser simple o múltiple y desempeña funciones muy diversas. Con excepción de la forma ancestral Archirrhinos, la nariz es el órgano locomotor de los rinogrados. Los miembros posteriores están generalmente reducidos, mientras que los anteriores se han transformado en órganos prensiles para manipular los alimentos. La cola puede adoptar formas aberrantes: en Emunctator se termina en una garra provista de una glándula venenosa, mientras que en Cephalanthus sirve para fijarse en el sustrato. 

Figura 2
La clasificación sistemática de los rinogrados está basada en la forma y función de la nariz. Steiner distinguió un total de 138 especies, reunidas en 28 géneros y 15 familias. Algunos narigudos son sésiles, otros han desarrollado la facultad de saltar -como los saltonáceos-,  y uno de ellos (Otopteryx volitans) es incluso capaz de volar. Muchos rinogrados son insectívoros, pero también se conocen formas vegetarianas, sobre todo frugívoras, y una especie carnívora (Tyrannonasus imperator). Entre las formas altamente especializadas, algunas son acuáticas y se alimentan de plancton, otras tienen un modo de vida excavador. Steiner describe además casos de simbiosis y parasitismo entre los rinogrados. 

La rinogradología es una rama de la Patabiología, que algunos han querido incluir dentro de la Criptozoología, mientras otros defienden que comparte los mismos principios metodológicos que la Fantazoología. Discusiones metafísicas aparte, el estudio de los rinogrados ha movilizado a un selecto grupo de zoólogos, cuyas especialidades van de la embriología a la sistemática, de la anatomía a la ecología, y de la fisiología a la filogenética. Además de Steiner y Grassé, otros eminentes rinogradólogos son los profesores J. Bromeante y L. Bouffon, ambos autores de trabajos de renombre. 

Figura 3
En 1978 se descubrió un esqueleto de Otopteryx volitans en las colecciones del Museo de Ginebra. El ejemplar fue inmediatamente expuesto al público. Tres años después, se hallaban (y disecaban) los restos de un Emunctator sorbens en el Museo de Estrasburgo. En 1984, un paleontólogo aficionado anunció el descubrimiento en una caliza del Cenomaniense de Normandía de restos fósiles pertenecientes a Otopteryx, lo que confirma que la evolución de los rinogrados se remonta hasta el Cretácico, hace unos 100 millones de años. Poco después, las obras con motivo de la renovación de la Gran Galería de la Evolución en París permitieron descubrir varias cajas con ejemplares de rinogrados recolectados por Bouffon en las Islas Ayayay. El primer intento de filogenia molecular realizado por el genético Pierre Darlu en 1992 no es concluyente, de modo que aún desconocemos si los rinogrados estaban más estrechamente relacionados con los roedores, los proboscídeos o los marsupilamis. 

Figura 3
En 2012 se han dado a conocer los últimos avances en rinogradología. El primero y más increíble ha sido el hallazgo de tres nuevas especies de narigudos en muestras botánicas recogidas en 2006 durante la expedición a la Isla Espíritu Santo en el Pacífico, lo que demuestra que estos seres no se han extinguido. Las tres especies pertenecen al género Nasoperforator. Su estudio indica que se trata del primer vertebrado xilófago conocido. Una hipótesis para explicar la dispersión de Nasoperforator es que utilizaron como medio de transporte los barcos que visitaron antaño el archipiélago de las Ayayay (dicho sea de paso, hay que afirma que este rinogrado sería el responsable del naufragio del Conde de La Pérouse, desaparecido en 1788). Para celebrar el descubrimiento, una exposición dedicada a los rinogrados abrió sus puertas el 1 de abril de 2012 en el Museo de Historia Natural de París. Coincidiendo con la misma, se ha publicado una nueva edición en francés del libro de Steiner, que conserva el prólogo de Grassé y cuenta además con un complemento de Guillaume Lecointre, profesor del Museo de París, y una bibliografía puesta al día. 

Hasta la fecha, el tratado de Steiner ha sido editado en un puñado de idiomas. A la espera de una traducción en castellano y otras lenguas de nuestro entorno, deseamos una larga vida a los rinogrados y a quienes los estudian. 

Xabier Pereda Suberbiola & Nathalie Bardet (corresponsales de El Vinosaurio en París)

Referencia

Stümpke H. (2012). Anatomie et Biologie des Rhinogrades. Ed. Dunod, París, 136 pp. (en francés). 

Enlaces de interés

Vídeo (en francés) sobre el reciente descubrimiento de nuevas especies de rinogrados:
http://vimeo.com/channels/mnhn/39485501

Vídeo (en castellano) sobre los rinogrados:


Información sobre la exposición dedicada a los rinogrados en 2012 en el Museo de Historia Natural de París: 


Versión en inglés del libro sobre los rinogrados:


Figuras: Figura 1. Portada de la nueva edición en francés del libro sobre los rinogrados (Ed. Dunod, París, 2012). En la misma se observa una pareja de Nasobema lyricum (un adulto con su cría).

Figura 2. Dibujo del rinogrado volador Otopteryx volitans utilizado en la exposición organizada por el Museo de Historia Natural de París en 2012. 

Figura 3. El saltonáceo Hopsorrhinus aureus y su técnica de salto hacia atrás. 

Figura 4. Comparación de los diferentes tipos de nariz según los géneros y especies de rinogrados. Nasoperforator bouffoni, la especie recientemente descubierta, es la segunda contando desde arriba. Lámina XIX (obra de Delphine Zigoni) de la edición de Dunod, 2012.

lunes, 24 de diciembre de 2012

sábado, 22 de diciembre de 2012

viernes, 21 de diciembre de 2012

martes, 18 de diciembre de 2012

¿Tienen los dinosaurios un origen más antiguo del que se creía?

En una reciente publicación póstuma de Alan Charig encabezada por Sterling Nesbitt (Nesbitt et al., 2012), se re-estudian y analizan los restos fósiles de una especie de edad Anisiana (Triásico Medio), que dada su anatomía, antigüedad y relaciones de parentesco arribadas, posee fuertes implicancias en el origen y diversificación temprana de Dinosauria.

El ejemplar holotipo de la nueva especie Nyasasaurus parringtoni fue originalmente descripto por Charig en su tesis doctoral inédita (1956), identificándolo sólo por su número de colección e interpretándolo como un probable arcosaurio prestosúquido. Publicaciones posteriores se ocuparon de nombrar estos materiales, los cuales lo reinterpretaron como dinosaurio o cercanamente emparentado. Estas publicaciones carecían de consenso en su asignación taxonómica, y su punto débil yacía en la ausencia de una diagnosis adecuada que cumpliera los requisitos del ICZN (Código Internacional de Nomenclatura Zoológica) para la creación de nuevas especies (ver información suplementaria para más detalle de la historia taxonómica; Nesbitt et al., 2012: ESM 1). De modo que en este reciente trabajo, Nyasasaurus parringtoni es creada formalmente.

Los materiales fósiles de esta especie provienen del Miembro Lifua de los estratos de Manda en la Cuenca de Ruhuhu, Tanzania, la cual fue datada como Anisiano tardío (Triásico Medio) sobre la base de asociaciones de vertebrados terrestres (más detalle en Nesbitt et al., 2012). Los dos ejemplares de Nyasasaurus están representados por escasos e incompletos restos del esqueleto, tales como un húmero no completo, tres vértebras sacras y dos presacras en el holotipo; y tres vértebras cervicales y dos dorsales posteriores en el ejemplar referido (Figura 1). A pesar de presentar un esqueleto tan incompleto, posee una combinación de caracteres que permitieron identificar al lagarto del lago Nyasa como un dinosaurio basal, o como el grupo hermano más cercano a Dinosauria (información suplementaria Nesbitt et al., 2012: ESM 1, 4, 5).

 Figura 1. De Nesbitt et al. (2012): Ejemplar holotipo (a–h; NHMUK R6856) y ejemplar referido (i–j; SAM-PK-K10654) de Nyasasaurus parringtoni gen. et sp. nov. Húmero derecho en vistas (a) anterior y (b) posterior. Sección histológica del húmero en (c) corte transversal completo bajo luz transmitida, (d) corte transversal de toda la corteza con Nicoles cruzados, y (e) corte transversal de la porción externa de la corteza con Nicoles cruzados. (f) Sacro reconstruido en vista lateral derecha con el dibujo interpretativo (abajo). (g) Vértebra presacra posterior en vista lateral derecha. (h) Vértebra posterior presacra parcial en vista dorsal. (i) Vértebra cervical anterior en vista lateral con dibujo interpretativo (abajo). (j) Vértebra cervical anterior en vista lateral izquierda con dibujo interpretativo (abajo). Las flechas apuntan anteriormente. Escalas, (a,b,f–j) 1 cm, (c) 4 mm, (d) 1 mm, (e) 500 nm. Dep, depresión; df, fosa profunda; dia, diapófisis; dp, cresta deltopectoral; epi, epipófisis; hs, sección histológica; hyp, hipantro; no, muesca; ns, espina neural; par, parapófisis; pre, prezigapófisis; pz, postzigapófisis; r, cresta; s1–3, número de vértebra sacra; sr1–3, número de costilla sacra; st, estrías.


Entre las técnicas de estudio utilizadas por Nesbitt y sus colaboradores, se incluyen no sólo la observación de su esqueleto, sino también el estudio histológico del húmero (Figura 1; información suplementaria Nesbitt et al., 2012: ESM 1, 2). Sobre la base de estos estudios y del análisis realizado para develar sus relaciones de parentesco, pudieron reconocer en el holotipo dos características presente sólo en los dinosaurios (cresta deltopectoral larga e inclinada lateralmente) y una característica también presente en todos los dinosaurios pero no exclusiva de ellos (presencia de tres vértebras sacras). Asimismo, el ejemplar referido posee en sus vértebras cervicales características compartidas con un grupo dentro de Dinosauria, con los terópodos. Para evaluar las relaciones de parentesco, los investigadores analizaron por separado cada uno de los ejemplares y luego ambos a la vez, obteniendo en los tres casos posiciones cercanas a la base de Dinosauria. Estos resultados permitieron interpretar a Nyasasaurus bien como grupo hermano de los dinosaurios o como el miembro más basal de este taxón. La falta de identificación más precisa respecto a sus relaciones de parentesco, se debe por un lado a la escasa información obtenida de su fragmentario esqueleto, y por otro lado debido a incertidumbres que rodean a otros taxones de dinosaurios cercanos a la base del grupo.

Los registros más antiguos de dinosaurios se hallan en la Formación Ischigualasto (San Juan, Argentina) datada como Carniano Tardío (Triásico Superior bajo), donde fueron reconocidos al menos siete especies de diversos taxones de dinosaurios (Martínez et al., 2011) entre los que se encuentran Herrerasaurus, Pisanosaurus, Chromogisaurus y Panphagia entre otros. Si Nyasasaurus fuera un dinosaurio, indicaría que los miembros de este grupo evolucionaron antes de lo que se había pensado originalmente, de modo que los representantes de la fauna de Ischigualasto no registrarían la explosión inicial de diversificación del Triásico tardío como se interpretaba hasta ahora.

Por otro lado, la edad Anisiana tardía de Nyasasaurus demuestra que los dinosauriformes similares a dinosaurios, o primeros dinosaurios ciertos, eran sólo un componente más de la extensa radiación ocurrida con posterioridad a la extinción masiva de finales del Pérmico.

 Figura 2. De Nesbitt et al. (2012): Posible posición filogenética para Nyasasaurus parringtoni gen.et sp. nov. tanto dentro como grupo hermano de Dinosauria (indicado por las líneas en gris medio), indicando la disminución del linaje fantasmas de Dinosauria. Las barras punteadas representan incertezas. In, Induano; Olen, Olenekiano.

Asimismo, el hallazgo de este nuevo dinosauriforme cobra importancia si consideramos que los silesáuridos son el grupo hermano más cercano a los dinosaurios, cuyo miembro más antiguo es Asilisaurus kongwe, presente en los mismos niveles que Nyasasaurus (Miembro Lifua, Estratos de Manda). La ocurrencia conjunta de los dos taxones sumada a su relación de grupos hermanos, acorta considerablemente la brecha de falta de registro fósil (i.e., linaje fantasma) entre los dinosaurios y su grupo hermano (Figura 2). Es decir, los 10 a 15 millones de años de linaje fantasma que separaban a los primeros dinosaurios ciertos de los silesáuridos, se ven ahora interrumpidos gracias a la aparición de Nyasasaurus (Figura 2), lo que es independiente de su asignación como Dinosauria o como su pariente más cercano.

Finalmente, este hallazgo viene a apoyar la evidencia de los registros sudamericanos de dinosaurios, que sugerían que el origen de este gran clado se produjo en las regiones australes de Pangea.


Bibliografía
Charig, A.J. 1956. New Triassic archosaurs from Tanganyika including Mandasuchus and Teleocrater. PhD dissertation. Cambridge, University of Cambridge.

Martínez, R. N., Sereno, P. C., Alcocer, O. A., Colombi, C. E., Renne, P. R., Montañez, I. P., Currie, B. S. 2011. A basal dinosaur from the dawn of the dinosaur era in southwestern Pangaea. Science, 331: 206–210. (doi:10.1126/science.1198467).

Nesbitt, S. J., Barrett, P. M., Werning, S., Sidor, C. A. y Charig A. J. 2012. The oldest dinosaur? A Middle Triassic dinosauriform from Tanzania. Biology Letters, 9. (doi: 10.1098/rsbl.2012.0949)

AGUSTINA LECUONA (Corresponsal de El Vinosaurio en la Patagonia)

lunes, 10 de diciembre de 2012

Pobre Tyranno...

Gracias Asier por el dato.

lunes, 3 de diciembre de 2012

2012, primer centenario de la teoría de la deriva continental

Geologica Belgica Meeting 2012 y otros actos en homenaje a Alfred Wegener.

Figura 1
El meteorólogo alemán Alfred L. Wegener (1880-1930) propuso en 1912 la teoría de la deriva continental. Doctor en Astronomía por la Universidad de Berlín, Wegener adquirió pronto notoriedad por su trabajos sobre meteorología y física atmosférica, así como por sus expediciones al Ártico. Sus ideas sobre la deriva continental fueron esbozadas en dos artículos publicados en 1912 y desarrolladas en forma de libro en 1915. La idea faro de Wegener era que los continentes habían estado reunidos en una época del pasado formando una masa única (Pangea), que posteriormente se disgregó de modo que los continentes derivaron hasta alcanzar su posición actual. Apoyándose en evidencias paleontológicas, geológicas, geofísicas, geodésicas y paleoclimáticas, Wegener fue el primero en aportar pruebas sólidas sobre el desplazamiento de los continentes y en proponer una teoría movilista coherente. Su propuesta fue acogida con hostilidad por la mayoría de los geólogos y geofísicos de su época, ya que se oponía frontalmente al paradigma fijista entonces imperante. Wegener murió a los 50 años durante una expedición a Groenlandia. Se le rindió homenaje como pionero de la meteorología y como explorador del Ártico, pero no llegó a tener en vida el reconocimiento del que goza actualmente. Aunque Wegener no consiguió explicar de manera convincente el mecanismo de la deriva continental, estudios ulteriores basados principalmente en el paleomagnetismo y la oceanografía permitieron en los años 1960 el desarrollo de la teoría de la tectónica de placas, que es hoy en día uno de los pilares de las modernas Ciencias de la Tierra.

Figura 2
Diversos actos han celebrado este año el centenario de la primera publicación de Alfred Wegener sobre la deriva de los continentes. La Sociedad Geológica de Bélgica organizó del 11 al 14 de septiembre un congreso cuyo tema general fue Moving Plates and Melting Icecaps – Processes and forcing factors in Geology. La cuarta reunión internacional de la Geologica Belgica acogió más de 200 congresistas en la sede del Instituto real belga de Ciencias Naturales en Bruselas (www.naturalsciences.be). El programa científico se organizó en 4 temas principales, incluyendo 16 sesiones de índole variada: aspectos relacionados con la Antártida y Groenlandia, eventos anóxicos, cambios ambientales y respuesta biótica, paleogeografía y paleobiogeografía, geoarqueología, geodinámica y geo-recursos, entre otros. Una de las conferencias plenarias, impartida por Trond H. Torsvik, estuvo dedicada a revisar el progreso en el conocimiento y la evolución de las ideas sobre la dinámica terrestre desde la época de Wegener. Durante los días que duró el congreso, se presentaron más de un centenar de comunicaciones y se exhibieron cerca de 40 paneles. Como colofón, la cena de gala se celebró en la Galería de Paleontología alrededor de los Iguanodon de Bernissart. La página web del congreso, donde se pueden descargar los resúmenes de las comunicaciones en formato pdf (incluyendo aquellas que trataron sobre paleobiogeografía de vertebrados en las Sesiones 8  y 9), es la siguiente: http://www.geologicabelgica.be/gb.php?page_menu=GB2012&page_title=Welcome&lg=en

Figura 3
Por otra parte, del 17 al 20 de septiembre se celebró en Estrasburgo la decimosexta asamblea general del Working Group of European Geoscientists for the Establishment of Networks for Earthquake Research (WEGENER 2012), con el título Earthquake Geodesy and Geodynamics: From giant to small scale events. Para más información, véase el siguiente enlace: http://wegener2012.sciencesconf.org/resource/page/id/5 

En España, La revista Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, editada por la AEPECT (Asociación Española para la Enseñanza de las Ciencias de la Tierra), ha publicado un número monográfico dedicado a Alfred Wegener y a los 100 años de su teoría, que consiste en varios artículos sobre el tema, incluyendo una traducción al castellano del primer trabajo sobre la deriva continental. Véase: http://www.aepect.org/larevista.htm

A esto hay que añadir que el pasado mes de noviembre, mes del nacimiento y desaparición de Wegener, la Sociedad Geológica de Francia dedicó una sesión de conferencias en homenaje al científico berlinés, organizada por Eric Buffetaut y Nathalie Bardet. Para más información: http://sgfr.free.fr/seance/s12-11Wegener.pdf
Figura 4
Por último, no sólo los científicos han rendido homenaje a Alfred Wegener en 2012. La cuarta entrega cinematográfica de las aventuras de Scrat y sus amigos de la saga Ice Age se titula Drift continental (La Era de Hielo 4: la formación de los continentes) y es un guiño a la teoría de la deriva continental. Enlace del trailer de la película: http://www.iceagemovies.com/es/#/video/ice-age-4-la-formacion-de-los-continentes-trailer-oficial


Xabier Pereda Suberbiola
(Enviado especial de El Vinosaurio a Bruselas)


Bibliografía:
   Hallam A. (1985). Grandes controversias geológicas. Capítulo 5. La deriva de los continentes, pp. 109-154. Ed. Labor, Barcelona. Edición original: Great Geological Controversies, Oxford University Press, 1983.
   Pérez-Malváez C., Bueno A., Feria M. & Ruiz R. (2006). Noventa y cuatro años de la teoría de la deriva continental de Alfred Lothar Wegener. InterCiencia, 31 (7): 536-543.
   Torsvik T:H. & Cocks L.R.M. (2012). From Wegener until now: the development of our understanding of Earth’s Phanerozoic evolution. Geologica Belgica, 15(3): 181-192  
   Wegener A. (1912). Die Entstehung der Kontinente. Geologische Rundschau, 3 (4): 276-292.
[http://www.springerlink.com/content/u62w514x720482hu/fulltext.pdf].        Traducción castellana de “El origen de los continentes” publicada por Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2012, vol. 1, con notas de Cándido Manuel García Cruz [http://www.aepect.org/].
   Wegener A. (1915). Die Entstehung der Kontinente und Ozeane. Vieweg, 23. Braunschweig, 94 pp. 2ª ed., 1920. 3ª ed., 1922. Traducción castellana de la 4ª edición en alemán de 1929: El origen de los continentes y océanos. Ed. Pirámide, Madrid, 1983, 230 pp. La Editorial Crítica ha publicado en 2009 una edición del libro de Wegener, con una introducción a cargo de Francisco Pelayo y un epílogo de Francisco Anguita. Colección Clásicos de la Ciencia y la Tecnología, dirigida por José Manuel Sánchez Ron, 392 pp. [http://ed-critica.claudator.com/libro/el-origen-de-los-continentes-y-oceanos-978849892018]

Otros enlaces de interés:

http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=62172
http://asclepio.revistas.csic.es/index.php/asclepio/article/view/91/94 

Figuras:
Figura 1. Alfred Wegener durante la expedición a Groenlandia de 1912-1913.

Figura 2. Portada de la primera edición del libro de Wegener, publicado en 1915.

Figura 3. Cartel del congreso internacional de la Sociedad Geológica de Bélgica celebrado en Bruselas en septiembre de 2012.

Figura 4. Portada del número de la revista Enseñanza de las Ciencias de la Tierra dedicado al centenario de la deriva continental.