Figura 3 |
... En las montañas de la
locura auna el relato fantástico con la ciencia-ficción. Forma parte de
lo que se ha dado en llamar los “Mitos de Cthulhu”, que giran en torno a
la presencia de seres extraterrestres en nuestro planeta, al que
llegaron hace cientos de millones de años. Tras explotar sus recursos,
crearon la vida sobre la Tierra (Lovecraft retoma aquí la vieja idea de
la panspermia) y modelaron la evolución biológica a su antojo. Estos
seres, llamados Antiguos o Primordiales, terminaron perdieron parte de
sus poderes con el paso del tiempo, pero no se han extinguido: esperan
al acecho con la intención de volver a apoderarse de la Tierra. Al decir
de los especialistas, el principal interés de esta novela es que
Lovecraft intentó racionalizar su propia mitología para despojarla de
todo barniz sobrenatural.
La Antártida siempre
fascinó a Lovecraft. Siendo niño, siguió con gran interés las
exploraciones realizadas en el Polo Sur y esa afición no decayó con el
tiempo. Los primeros capítulos del relato se inspiran de las
expediciones antárticas de la época, en especial las del almirante Byrd
en 1928-1930. Otra influencia notable es la obra del pintor ruso Nikolai
Roerich, cuyos cuadros Lovecraft pudo admirar en el Metropolitan de
Nueva York en 1930. De hecho, el narrador de En las montañas de la
locura comenta que el paisaje antártico le recordaba “las extrañas y
turbadoras pinturas asiáticas” de Roerich. Como ocurre en otros relatos
de Lovecraft, la atmósfera es más importante que los personajes o la
acción misma.
Se ha dicho que la novela
es una secuela de Las Aventuras de Arthur Gordon Pym de Edgar Allan
Poe, pero no puede considerarse como tal, al menos desde un punto de
vista argumental (a diferencia de la novela La esfinge de los hielos de
Jules Verne, que sí es una continuación). Lovecraft cita la obra de Poe y
retoma algunos de sus elementos, como el siniestro grito ¡Tekeli-li!
¡Tekeli-li!, pero se trata más bien de un homenaje al maestro. El título
de la novela hace referencia a las altas montañas que descubren los
expedicionarios en la Antártida. Estaría inspirado de una frase en un
cuento de Lord Dunsany, otro de los precursores cuyas obras sirvieron de
inspiración a Lovecraft.
Figura 4 |
Lovecraft escribió En las
montañas de la locura entre febrero y marzo de 1931. Estaba pensado
como un serial en dos entregas para la revista Weird Tales, donde
Lovecraft publicó muchos de sus relatos. Sin embargo, el editor lo
rechazó en junio de 1931, lo que llevó a Lovecraft a pensar que era el
fin de su carrera literaria. En 1935, uno de sus conocidos ofreció el
relato al editor de Astounding Stories. Se publicó en tres entregas
entre febrero y abril de 1936. No tuvo una buena acogida, quizá debido a
que muchos de los lectores de Astounding Stories no llegaron a entender
la propuesta de Lovecraft. La parte final de la novela anticipa en
cierto modo los relatos de ciencia-ficción “arqueológica” de autores
modernos como Jack McDevitt, con la diferencia de que en este caso es en
la Tierra donde se descubre la huella de antiguas civilizaciones.
La versión publicada en
1936 presenta modificaciones respecto al manuscrito original de
Lovecraft (que se conserva en la John Hay Library de la Brown
University). Por ejemplo, se suprimieron varios párrafos finales y se
hicieron numerosas correcciones ortográficas. Estos cambios se han
mantenido en las ediciones posteriores, y en las traducciones a otros
idiomas. S.T. Joshi, uno de los biógrafos de Lovecraft, estableció el
texto definitivo en 1985. Ediciones Cátedra ha publicado en 2011 la
traducción castellana del texto, obra del especialista lovecraftiano
Juan Antonio Molina Foix. Ediciones previas en castellano han sido
publicadas por Alianza, Altamira, Forum, Seix Barral y Valdemar.
En las montañas de la
locura es uno de los relatos más ambiciosos de Lovecraft y era uno de
sus preferidos. Hoy en día goza de una cierta notoriedad. Un ejemplo de
ello son varias secuelas literarias y el homenaje televisivo rendido por
los Simpson en su octava temporada (1997). A pesar de que Lovecraft es
uno de los escritores más influyentes en el cine de terror del siglo
pasado y del presente, En las montañas de la locura no ha sido todavía
llevada a la gran pantalla. En los círculos cinéfilos se habla de un
proyecto del director Guillermo del Toro, un gran aficionado de la obra
de Lovecraft, que estaría todavía sin concretar.
Lovecraft falleció de
cáncer intestinal e insuficiencia renal a los 46 años. Fue enterrado en
el panteón familiar del cementario de Swant Poin en Providence (Rhode
Island), su ciudad natal. Años después de la muerte de Lovecraft, un
grupo de admiradores le erigió una lápida. Se dice que una mano anónima
viene de vez en cuando para escribir una frase a modo de epitafio (esa
frase, que aparece en un par de relatos de Lovecraft, está supuestamente
sacada del célebre Necronomicon del poeta árabe Abdul Alhazred):
That is not dead which can eternal lie,
And with strange aeons even death may die.
Que no está muerto lo que puede yacer eternamente,
y en los eones venideros hasta la muerte puede morir *
Xabier Pereda Suberbiola
* traducción de Juan Antonio Molina Foix
Bibliografía
Lovecraft H.P. (2011). En
las montañas de la locura. Ediciones Cátedra, Letras populares, Madrid.
Edición y traducción de Juan Antonio Molina Foix, 373 pp. Incluye
anexos con una completa bibliografía.
Sprague de Camp L. (2002). Lovecraft. Una biografía. Valdemar, El Club Diógenes, Madrid, 1002 pp. (edición original en inglés).
Houellebecq M. (2006). H.P. Lovecraft: contra el mundo, contra la vida. Ediciones Siruela, Madrid (edición original en francés).
Páginas web en castellano con información sobre H.P. Lovecraft:
Figuras
Figura 3. Dos de las
ilustraciones de Howard V. Brown para la edición original de En las
montañas de la locura en la revista Astounding Stories (1936), y que
reproduce Cátedra en su edición castellana de 2011.
Figura 4. Cartel
publicitario de la película At the Mountains of Madness que circula por
Internet. Problemas de financiación habrían abortado este proyecto de la
Warner Bros.
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