lunes, 10 de enero de 2011

Cuvier y la Venus hotentote

Polémica en Francia: ¿era Cuvier racista?

Tras el estreno en Francia de la película “Vénus Noire” en octubre de 2010, se ha generado una polémica centrada en la persona de Georges Cuvier (1769-1832). A pesar del prestigio que goza Cuvier como naturalista, al ser uno de los fundadores de la Paleontología como disciplina científica y el padre de la Anatomía Comparada, algunas voces críticas le acusan de racismo y proponen rebautizar la calle que lleva su nombre en París.

La película “Vénus Noire” de Abdellatif Kechiche cuenta la dramática historia de Sarah (o Saartjie) Baartman, más conocida con el sobrenombre de la “Venus hotentote”. Nacida en la región del Cap en el África austral, Sarah era una joven Khoisan (etnia que reúne a bosquimanos y hotentotes). Fue traída a Europa en 1810 por un colono Boer (neerlandés) ávido de fortuna y exhibida como un animal de feria en Inglaterra y Francia, donde se hizo famosa por su hipertrofia genital y el tamaño prodigioso de sus glúteos (macroninfia y esteatopigia en términos técnicos).

¿Qué papel jugó Georges Cuvier en esta historia? Tras su llegada a París en 1814, la “Venus hotentote” suscitó pronto la curiosidad. Tanto es así que inspiró un vodevil y se convirtió en un personaje en boga en los salones de la alta sociedad parisina. Los naturalistas también sintieron interés en conocerla. De hecho, Sarah Baartman fue llevada en marzo de 1815 al Museo de Historia Natural para ser examinada por un cenáculo de sabios, con Cuvier y Geoffroy Saint-Hilaire a la cabeza. Testimonio de su paso por el Jardín botánico son las acuarelas pintadas por varios artistas.

Sarah Baartman falleció prematuramente a finales de 1815. Cuvier se encargó de autopsiar y disecar el cadáver. Aunque no estaba autorizado a realizar este tipo de operación en el Museo, Cuvier pudo llevarla a cabo en virtud de una prerrogativa ligada al prestigio del que gozaba el organismo. La causa del fallecimiento pudo ser una neumonía agravada por una enfermedad venérea y el abuso de alcohol. Cuvier realizó un molde completo del cuerpo, antes de extraer el esqueleto y conservar en formol los órganos genitales y el cerebro. Violando una ley de 1813, el cuerpo de Sarah no fue inhumado. En 1817, Cuvier presentó un informe antropológico ante la Academia de Medicina. El molde en yeso del cuerpo y el esqueleto de Sarah Baartman fueron conservados en el Museo de Historia Natural, y expuestos posteriormente en el Museo del Hombre hasta 1976.

En 1994, tras el fin del apartheid, los jefes Khoisan pidieron a las autoridades francesas –por mediación de Nelson Mandela– la restitución del cuerpo de Sarah Baartman. En 2002 el Parlamento francés votó una ley para permitir el traslado de los restos de la “Venus hotentote” a Sudáfrica, donde fueron enterrados. La ceremonia fue un acontecimiento nacional, retransmitida por televisión y seguida por miles de personas. Según el informe presentado ante la Asamblea Nacional francesa, Sarah Baartman se ha convertido en el símbolo de la explotación sufrida por las etnias sudafricanas durante la colonización, y encarna la humillación soportada por las mujeres “generosamente dotadas” por la naturaleza.

El film de Kechiche es una mirada calidoscópica sobre la sociedad occidental de principios del siglo XIX y sobre su ideología racista, pero también una reflexión filosófica sobre el respeto y la dignidad humana. Cuvier se nos muestra como un personaje antipático, más preocupado por satisfacer su curiosidad científica sobre la anatomía de la “Venus hotentote” que por conocer la humanidad y triste destino de Sarah Baartman. Como ya hiciera Geoffroy-Saint Hilaire, Cuvier condenará en su informe a la “Venus hotentote” a la inferioridad racial.
 
Michel Alberganti, productor de un programa en la cadena de radio France Culture, se pregunta en su blog si está justificado conservar hoy en día una calle Cuvier, que le fue dedicada en 1838 por un decreto real, o incluso una calle Geoffroy Saint-Hilaire. Ambas calles están situadas en el distrito 5 de la capital parisina, delimitando al norte y al oeste el Jardín de las Plantas que alberga el Museo de Historia Natural. Los comentarios de Alberganti en Internet han suscitado numerosas reacciones, la mayoría de ellas contrarias a su singular propuesta. Él mismo reconoce que su objetivo es abrir un debate que nos lleve a reflexionar sobre la manera en que rendimos homenaje en nuestras calles a la memoria de científicos como Cuvier. Y que sin duda puede aplicarse a muchos otros personajes públicos (políticos, entre otros).

Para entender el pensamiento de Cuvier y otros naturalistas de su tiempo, debemos situarlos en su contexto histórico. Las concepciones científicas de aquella época estaban dictadas por la ideología dominante y claramente influidas por los prejuicios racistas. Juzgar a Cuvier y Geoffroy Saint-Hilaire únicamente por el episodio de la “Venus hotentote” y hacerlo además bajo nuestro modo de pensar moderno del siglo XXI, no sería hacer justicia a sus importantes contribuciones como hombres de ciencia.

Un último comentario. La polémica sobre Cuvier ha servido probablemente de promoción a la película “Vénus noire”. Dos meses y medio después de su estreno, sigue en cartel en las salas de cine.

Xabier Pereda Suberbiola
(corresponsal de El Vinosaurio en París)


Trailer e información sobre la película:  
http://venusnoire-lefilm.mk2.com/

Suplemento especial:  
http://www.franceculture.com/blog-en-quete-de-science-2010-11-01-venus-hottentote-une-rue-cuvier-a-paris-est-elle-opportune.html


Figura 1. Cartel de la película “Vénus noire” de Abdellatif Kechiche.

Figura 2. Caricatura de Sarah Baartman, la Venus hotentote (1810).

Figura 3. Retrato de Georges Cuvier.

Figura 4. La calle Cuvier y la fuente del mismo nombre en el distrito 5 de París. Foto tomada desde la calle Geoffroy Saint-Hilaire, junto a la entrada oeste del Jardín de las Plantas.

6 comentarios:

  1. no tenia ni idea de esta pelicula!
    un post muy interesante, he aprendido palabros como "macroninfia" y "esteatopigia"

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  2. Genial Xabier como siempre, yo tampoco sabía de la existencia de la película y viene muy bien que nos adelantes los estrenos antes de que lleguen a España. Un saludo desde Salas.

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  3. Respecto al tema del racismo, bajo nuestro punto de vista actual es claro. Pero si nos remontamos a esa época las cosas cambian. En uno de sus primeros libros el propio Darwin dijo que entre los fueguinos (indios de Tierra de Fuego) y los africanos, prefería a estos últimos porque eran graciosos y sonreían. Posteriormente afirma que si se ordenaran los primates, los fueguinos estarían justo por encima de los orangutanes (una de las razones era porque no sabían comportarse en la mesa) y en lo más alto los caucasicos...

    El contexto es muy importante, aunque lo que hicieron con la pobre Hotentote no tiene nombre.

    Y cambiando de tema, la primera vez que leí sobre los Hotentotes fue gracias al genial dibujante Ibañez. Una de las contraseñas para poder entrar a la TIA era "esos tipos con bigote tienen cara de hotentote". Que por cierto, fue útil para que un concursante del mítico programa 50x15 ganara toda la pasta en la última pregunta. Y mira que me decían en el colegio que leyendo Mortadelo y Filemón no iba a llegar a nada...

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  4. Para los que están interesados en la historia de la Venus hotentote, Stephen Jay Gould le dedicó un capítulo de su libro "La sonrisa del flamenco" (The flamingo’s smile). El libro está disponible en la colección Drakontos de la Editorial Crítica, y existe una edición de bolsillo a buen precio.

    El capítulo sobre la Venus hotentote también se incluyó en una selección de ensayos de Gould que Crítica publicó en su colección Obra esencial.

    Se puede consultar (parcialmente) aquí:
    http://books.google.es/books?id=AFKl5GFkb8MC&printsec=frontcover&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false
    http://books.google.es/books?id=7FS4RmhU2tAC&printsec=frontcover&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false

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  5. Estoy terminando un libro titulado "La Venus hotentote" de la autora Barbara Chase-Riboud; es una novela que dice estar basada en una historia real. Y es así como, a falta de tres o cuatro páginas para acabar, he querido saber cuánta parte de verdad tiene la novela. Para mi sorpresa todos los datos relacionados en internet al respecto aparecen en el libro al detalle. ES ASOMBROSA ESTA HISTORIA. Respetando todo lo que puedo la mentalidad científica de su época, no puedo aún así dejar de preguntarme con tristeza cómo podían escucharle hablar en inglés, holandés, algo de francés... expresando sentimientos Y al mismo tiempo seguir viéndola como raza inferior o animal incluso; Y faltar al respeto a un ser que puede comunicarse contigo a tu nivel, de forma que puedas conocerla y ver su corazón y su inteligencia. NO PUEDO ENTENDER ESA CEGUERA PATOLÓGICA.
    Mi pensamiento es que hay cosas que por muy cultura que sea, por muy lo que siempre has vivido que sea, debe haber una campanita que suene dentro y alerte sobre las delicadas líneas entre lo que nos hace daño y lo que nos hace bien; al menos, para parar y ejercitar nuestra dormida empatía, que cada cual es cada cual, pero lo mismo nos había tocado ser otra u otro.

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  6. No entiendo cual es la polémica. No hace falta sino comenzar a leer literatura del siglo XIX para ver el flagrante racismo de los europeos de aquella época. Los criollos hijos de europeos en las colonias perpetuaron el legado racista de los europeos. Un claro ejemplo fueron los estúpidos comentarios racistas de Simón Bolivar que se pueden leer en su correspondencia

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